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viernes, 25 de abril de 2008

Estimado Señor Chofer...

... de una de las micros C02 que me llevó ayer, Jueves 24 de Abril por la tarde, desde Camino Las Flores hasta Escuela Militar y curo nombre no sé:

No le guardo resentimientos por que no dejó que me sentara adelante de la puerta de entrada, aunque en serio no veo en que le afectaría a usted, a parte de quizás dificultarle un poco la visión del retrovisor izquierdo, o derecho, si es que mira la micro desde afuera. Pero como es el chofer, le es más natural ver la micro desde adentro, creo, por todo el tiempo que pasa ahí.

Quizás su razón es que el empleador o el reglamento no lo permite, y es comprensible que no quiera problemas. Sin embargo, si usted no quisiera tener problemas, haría como el resto de ese tipo de gente que sigue las reglas al pie de la letra, y por las cenizas de cigarro que estaban al lado de su asiento, suficientemente cerca para dar a entender que usted ha fumado dentro de la máquina, me doy cuenta de que, usted, como todo el resto, acata las reglas que le gustan o le convienen y las que no le gustan tanto las ignora. Personalmente creo que el que yo me siente frente al parabrisas, justo detrás del letrero plástico que indica los paraderos (que por cierto, le digo al diseñador estrella del cambio de look de los buses, en nombre de todos los que usan lentes, que no se alcanza a leer nada hasta que el bus está al lado de uno), es mucho menos dañino o riesgoso que el que usted fume en una máquina de pésima calidad y justamente tire las cenizas sobre el plástico que cubre parte del motor.

De todas maneras, no escribo esto para juzgarlo. Para qué perjudicarlo, si puedo ayudarlo.

Escribo esto para aconsejarle que deje de fumar. Tiene la tos del fumador, con el desgarro eterno (o flema) - que se llega a oír espeso - incluido, y además, según yo, tiene las venas - que mas ve uno como pasajero: las de las manos (marcadísimas por la tensión con la que todos los conductores toman el volante) y las de la sien (también marcadas por el mal humor constante) - demasiado anchas y abultadas, incluso tomando en cuenta que se marcan con los años, y siendo una de las más conocidas partes del cuerpo que afecta el cigarro.
Yo no soy médico - cada día estoy más cerca de serlo, eso si -, y aunque me encante dármelas de que si lo soy, en este caso no corresponde. Solo corresponde decirle lo anterior y que ojalá tome alguna precaución y cuide ese bien tan preciado que es la salud. Ya faltan buses, no sería gracia que también falten choferes.

Como se que nunca leerá esto, espero que alguien más lo note y se lo haga saber lo antes posible, para que, de preferencia, deje de fumar, que a fin de cuentas es un bienestar pasajero que solo trae tos y hace gastar plata.

Si no lo hace, bien. Allá usted.
Solo usted pierde, porque siendo sinceros, su enfermedad es mi sueldo.

Por su atención, muchas gracias.